Lo que hago y lo que pienso.

Mis trabajos de la escuela de diseño de Altos de Chavón, mis quejas y mis aventuras mas pintorescas.

Tuesday, August 19, 2008

La prostitución se da en el empresariado…


Las olimpiadas de Beijing, los récords mundiales de Michael Phelps, la historia escrita por atletas de diferentes países que dejan su marca en el tiempo y que yo, como amante fiel del deporte, quisiera también grabar en mi memoria, pero unos cuantos pesos vuelven este deseo una impotente y angustiante ira, que pienso dejar impresa en estas líneas.

El bien conocido “Pay per view” ha tomado una nueva cara en el entretenimiento dominicano. ¿Y eso existe aquí? Pues si, existe a su manera… llamen al 809-563-0100 y pregúntenle a los peones de Carlos Gómez, gerente de Aster, que pasó con NBC en la semana de los juegos olímpicos.

No llamen, yo les digo, ya que no es la primera vez que VENDEN LA SEÑAL.

La primera semana de las olimpiadas, todos los usuarios de Aster tuvimos la oportunidad de ver a los mejores deportistas en sus ramas pelear por su país y llevar la felicidad en forma de medalla a su gente, todo esto hasta que alguien abrió su bolsillo, y como a barata prostituta le pagó a la empresa de televisión por cable Aster, para desaparecer NBC y obligarnos a ver en otro canal, el canal oficial de las olimpiadas, sus cortas y maltrechas transmisiones (que no veo ni veré)…

Esto es una falta de respeto, esto es ilegal, esto es una vergüenza para una empresa, o por lo menos debería de ser, porque es un asco. Y no es la primera vez que pasa. Cada vez que hay un evento de importancia, incluido el baseball de las grandes ligas, se hace un negocito.

Antes, los dos canales de ESPN eran en español, ahora luego de la serie final del año pasado, se han vuelto en inglés, con toda la parte escrita en español, solo por que todos preferimos el No, No, No, No, No de Ernesto Jerez, pero si no se escucha ese grito, mejor te vas a CDN. Así fue en el juego de estrellas de hace unas semanas, no pude verlo en ESPN por que quienes hablan lo hacen en ingles y sin emoción. Debajo, muy debajo en el sonido, Ernesto Jerez y su sensacional grito de homerun, excelentes comentarios y agradable voz se escuchan.

En fin, los canales de televisión por cable de Aster, al parecer, son una división de negocios de la empresa. Tienen un precio y los fieles usuarios que pagamos religiosamente cada mes, tenemos que chuparnos sus irresponsabilidades corruptas e injusticias.

¡Ponte Aster! y te cambiarán los canales cuando les convenga

Saturday, August 2, 2008

No hay que odiarla, hay que comprenderla

Cuando vas a visitar un dentista, desde el día en que te ves en la necesidad de llamar para la cita, o más bien, por casualidad está tan cerca de ti que no puedes evitarlo (aunque sabes que es necesario… siempre las cosas incomodas son por tu bien) ya sientes esos escalofríos, la piel se vuelve de gallina y hasta puedes sentir las plumas (por gallina). ¿Por qué será? Carajo que difícil es ir a un dentista.

Como todo en la vida evoluciona, cuando yo iba a cortarme el pelo unos 15 años atrás, te premiaban con una paleta “si te portabas bien”, y claro, muchacho al fin, ¿me voy a portar mal? Paleta pa toé’l mundo. Los dentistas deberían hacer lo mismo sin importar la edad. Pero que va… no hacen nada más que mortificar y para colmo, los instrumentos son mejorados y les acomodan las horas de torturas. Nosotros los pacientes no tenemos otra salida que ser, como bien lo describe el sustantivo, pacientes.

Lo rónico es que el dentista conoce todas y cada una de las sensaciones que provoca el aparatico ese que suena como perro triste, pero “es parte del proceso”, cepíllese los dientes y no le pasará (el culpable siempre es uno, ni Colgate ni Oral B, uno).
En mi caso, que es lo que me inspira a escribir estas líneas, mi hermana es quien me atiende, y como la confianza es un problema, si yo me rio de algo, me retuerzo, cierro la boca, hablo, no escupo cuando me lo pide o me distraigo con la nueva lámpara del techo, no me toca paleta. ¿Es para comprenderla? Decida usted.


Friday, August 1, 2008

Los pasadías del dominicano

El que va a una oficina pública, es de pasadía, no hay forma (legal) de hacer una diligencia en un "par" de horas.

Entre la ineficiencia, el hambre del desayuno, las oraciones al Señor y la charla sobre la noche anterior, la persona que se dirige a una oficina pública tiene que adaptarse a todas las acciones que quiera ejecutar el "servidor" antes de ser atendido (¡casi obligado!) por un representante del gobierno de nuestro país. Ya lo último que he visto - en la AMET - es que hay que escuchar La Palabra predicada por la señora que cobra las multas, antes de empezar a prestar sus servicios, y no solo eso, ella habla con cada uno de los multados para saber cual es su caso, "añoñarlo" o convencerlo de que hable con el magistrado, y luego se sienta en su lugar a "hacer su trabajo".

Aunque no se puede quitar crédito. Mal que bien, están organizados.

La segunda parte de la película de 3 horas y media fue cuando subí a cojer la charla. Hay un horario para ellas (ya dije que eran organizados) y una "confortable" sala de espera en la entrada/salida de un parqueo del edificio, donde se escuchan los mejores cuentos y se ve el respeto que cada uno de los oficiales de AMET le tiene a sus superiores al pasar por allí cuando hacen su reverencia.
Luego se sube al 4to piso, donde hay dos puertas, una dice NO PASE, pero todo el mundo pasa, no lo comprendí, pero en fin, obedecí, fui donde me dijeron. Al Aula C (a la escuelita).

He aquí la mejor parte. Empieza la charla con estas palábras: "La charla dura dos horas, pero si vemos y ponemos atención a los videos, no es necesario darle esa charla tan larga, al final es lo mismo, lo importante es que pongan mucha atención". Todos contentos aplauden la acción de la oficial que comprende que el tiempo vale "algo". Ya hemos visto dos videos cuando llega Judas vestido de mujer, una señora de 50 y tantos. El video descibe las velocidades máximas para los conductores en España... ¡EN ESPAÑA! exclama la señora, "Yo estoy en República Dominicana" (nos dimos cuenta). La amable "profe" dice, "erhmm... vamo a dal la challla". El instinto asesino es inoloro, pero ahi hedía a muerte. ¿Cómo no matar a la señora? Bueno, es un recinto de oficiales, por eso no se podía. En fin. No los canso. Salí a las 12 del día y esto significa la mañana perdida, en un país, que para mejorar debe producir noche y dia. Sólo me queda la noche.